Una diputada desnudó la alarmante confusión sobre la canasta básica
Edición Impresa | 8 de Junio de 2025 | 07:46

En medio de una acalorada discusión televisiva, la diputada nacional por La Libertad Avanza, Juliana Santillán, protagonizó un episodio que expuso una grave confusión sobre uno de los indicadores más sensibles de la economía: el costo de la canasta básica. Fue durante el programa “Solo una vuelta más”, que conduce Diego Sheinkman, donde Santillán intentó rebatir los reclamos salariales de médicas del Hospital Garrahan con un dato equivocado que decía haber extraído del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
En plena discusión con Laura Capobianco, médica residente del hospital, la diputada mostró su celular y afirmó que, según cifras oficiales, una familia necesitaba “360.000 pesos por mes” para cubrir la canasta básica total. El gesto pretendía desmentir a la profesional, quien minutos antes había señalado que su sueldo, de 797.000 pesos, no alcanzaba para alquilar ni para cubrir sus necesidades básicas. Pero el número citado por la legisladora estaba mal interpretado.
El dato que Santillán leyó del sitio del INDEC no correspondía a una familia tipo, sino al valor de la Canasta Básica Total (CBT) para solo un adulto, es decir, para una sola persona. El valor correcto para una familia compuesta por dos adultos y dos niños era, al mes de abril, de 1.110.063 pesos, más de tres veces la cifra mencionada por la diputada.
El economista Martín Redrado, presente en el estudio, no tardó en notar el error. Consultado por Sheinkman, respondió con un escueto “me parece que no”, dejando a la vista la equivocación. En redes sociales, el momento se viralizó como un ejemplo de cómo el uso incorrecto de cifras oficiales puede distorsionar debates de alto impacto social.
Lejos de reconocer el malentendido, Santillán redobló la apuesta. Aseguró que Capobianco había dicho no poder alquilar con 800.000 pesos y reiteró que “360.000 pesos es lo que dice el INDEC”. Además, cometió una segunda imprecisión al vincular el valor de la canasta básica con el alquiler, un gasto que no está incluido en ese indicador.
Para entender por qué el error fue tan grosero, es necesario explicar qué mide realmente el INDEC con sus dos canastas principales.
El organismo publica todos los meses los valores de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y la Canasta Básica Total (CBT). La primera define la línea de indigencia: indica el ingreso mínimo que necesita una persona para cubrir solamente sus necesidades nutricionales, sin considerar ningún otro gasto. La segunda incluye también bienes y servicios no alimentarios, como transporte, vestimenta, salud y educación, y marca el umbral de la pobreza.
En abril, la CBA para un adulto fue de $162.554, mientras que la CBT individual alcanzó los $359.243. Para una familia tipo, esos valores se transforman en $502.291 y $1.110.063 respectivamente, siempre excluyendo el costo de alquiler y servicios de vivienda.
Los cálculos se realizan sobre la base de un “adulto equivalente”, una figura estadística que permite estandarizar necesidades entre personas de distintas edades y géneros.
Para calcular el costo de una canasta para una familia, se multiplican esos valores individuales por un coeficiente ajustado.
En su intento por cuestionar los reclamos del personal médico, Santillán terminó usando mal una herramienta que debería servir para diagnosticar realidades sociales y económicas. La diputada no solo confundió el valor individual con el de una familia tipo, sino que también sugirió que con ese monto —incorrecto— se podía alquilar, algo que ni siquiera contempla la canasta básica.
La médica Capobianco, por su parte, defendió su postura señalando que los residentes del Garrahan tienen título habilitante, matrícula profesional y que trabajan con dedicación completa. “Somos médicos, ponemos el cuerpo todos los días”, dijo, mientras cuestionaba que el anuncio de aumento salarial reciente no fuera remunerativo.
En otro tramo del debate, Santillán intentó desviar la discusión preguntando si durante gobiernos anteriores también se reclamaba por la canasta básica. Más adelante lanzó otra afirmación cuestionable: sostuvo que el hospital contaba con “953 istrativos sobre 478 profesionales”, sugiriendo un supuesto exceso de personal sin mostrar ninguna fuente.
La tensión aumentó cuando Santillán afirmó que las médicas “parecían no estar conformes” con el bono otorgado, insinuando que su reclamo era político. Las profesionales insistieron en que con su ingreso mensual no lograban cubrir lo básico.
El episodio volvió a poner sobre la mesa el poder adquisitivo del salario en el sector público y, al mismo tiempo, evidenció el desconocimiento o la falta de cuidado con que algunas figuras públicas tratan datos estadísticos clave. La discusión, que comenzó con un reclamo concreto sobre condiciones laborales en uno de los hospitales pediátricos más importantes del país, derivó en una escena incómoda donde el intento de refutación dejó expuesta a la propia diputada.
El INDEC publicará el próximo 12 de este mes los valores correspondientes a mayo. Habrá que ver si los referentes políticos que participan del debate esta vez revisan con más atención las tablas.
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